Steve McQueen. "Shame". 2011 |
Deambula en un mar de discordancias, abonado a lo concreto, ajeno al rumor persistente de la sospecha, dándole la espalda al evidente estado de las cosas. El entorno real nunca dispuso de bordes perfilados, superficies nítidas o colores catalogados. Sólo bajo el ambiguo manto de la histórica objetividad hemos determinado un gran escenario acogedor, prolijo en detalles y espacioso, que ejerce la función de un mundo paralelo casi perfecto, a los ojos de sus principales actores.
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