Robert Rossen. “Lilith”. 1964
“… I've been clear before, what's the longing there?
Just a sad case, I'm nobody's fool
And you've won it all, but your smile'll be gone
In the end when you're yesterday's news…
Un cuerpo es siempre y fatalmente defectuoso, en su provisionalidad, en su carácter caduco, por más que lo reafirmemos de justificaciones matemáticas proporcionales y equilibradas, por más que lo adornemos de futilidad snob y afeites…
La invención de la singularidad, de la excepcionalidad conceptual, artística, comportamental no busca más que luchar (en vano) contra ese carácter perentorio.
“… I've been clear before, what's the longing there?
Just a sad case, I'm nobody's fool
And you've won it all, but your smile'll be gone
In the end when you're yesterday's news…
Un cuerpo es siempre y fatalmente defectuoso, en su provisionalidad, en su carácter caduco, por más que lo reafirmemos de justificaciones matemáticas proporcionales y equilibradas, por más que lo adornemos de futilidad snob y afeites…
La invención de la singularidad, de la excepcionalidad conceptual, artística, comportamental no busca más que luchar (en vano) contra ese carácter perentorio.
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