Divendres 18

Qué placer regresar a Barcelona, es una ciudad que me entra muy bien, como Granada, Londres, Berlín, Buenos Ayres... todo menos la cultura entendida como inmóvil mamotreto museístico monopolizador y anestesiante. Cuándo se darán cuenta por acá nuestros "digerientes" que la cultura es esto y aquello. La oferta cultural de Barna es constante e impresionante.
En Poble Nou, cualquier calle te puede sorprender con un bloque de pisos de principios del XX, magnífica arquitectura doméstica, sin grandilocuencias, labor del catalán sabio y culto...me recuerda a Palermo Viejo pero con Platja y multiculturalidad no programada.

Y como lo aprovechan todo, pues también te convierten el Fòrum en un Festival de música.

Decidí ser pragmático, planificarme una estrategia que, a veces diome resultados y otras no me sirvió ni para presumir de pardillo (se liga mucho haciendo el panoli y se me da de miedo). Lo primero, nada de cámaras, macbook, trípodes y cargas de tortura. Qué placer viajar con poco equipaje...lo segundo un masterplan para hincarle el diente a tanta estrella.

Divendres 18.

Aterrizo en el Fòrum después de una larga caminata bebiendo tetablick de Piña marca metadona y un bocadillo de jamón serranillo. Qué horror de edificio, quizás para un filme de serie B, o discotecaputiclub de Algeciras.

El olor a gatomuerto y las riadas de líquidos indefinidos me marcaron el camino de la entrada que unas simpáticas catalanas (os lo juro) completaron a mi vera. No cabía más fauna indie, a ver quién es el más guay chachi molón. Adoro esos momentos de community borreguil, en los que se presume de ser un clon. Gente súper producida. Sí, me encanta mirar, AD-mirar, forma parte de mi profesión.

Me recibe Grinderman aullando en el Movistar Stage, todo un repertorio de brutalidad, apisonadora de rock sucio, engrasado y con exceso de testosterona. Bestial y divino.
Mamá Debbie dio una gran lección a todas esas nuevas chicas que parasitan su icono. Vivan los adúlteros con corazón adolescente y cabeza senior.
Como Interpol tienen algunas canciones interesantes (claro, porque me recuerdan a mi adolescencia) y son tan guapos, decidí prestarles atención, que fue diluyéndose a medida que desgranaban un repertorio bastante lineal y cansino. La gente coreaba cada una de sus canciones a grito pelado. Una buena copia exacta de cualquier grupo afterpunk de los ochenta, cuando uno iba al instituto de riguroso luto. Sigue gustándome el negro. Me puede.

El mejor concierto del día, sin duda, fue el de Maxïmo Park, qué energía (limpia) generosamente entregada la de Paul Smith (no, no es el modisto), encandilando a diestro y siniestro cual sobrino de Jagger, no paraba de dar saltos, abriéndonos su pecho y mostrándonos las mismas heridas que todos tenemos, consultando su libreta de erudito lector. Es un animal escénico, convincente que ensombrece al resto de la banda. Grande Paul. Tuve que irme justo cuando sonaba "Books from boxes"...ésa si que es una gran herida en mi costado, otra que no puedo oir...

Y aparecen los más esperados del día, The Verve (Sí, Mrs.T. Me acordé de ti), el Summercase se vino abajo al oir "This is Music" (o de dónde extrajeron los próceres del Brit Pop sus ideas). El guapo vie canaille de Richard vacilándole al respetable, echando mano de largos de "A Northern Soul": "Stormy Clouds", desempolvando viejas gemas del calibre de "Sonnet", "Lucky Man" (of course), "The Drugs Don´t Work" (que coreé junto a un inglés completamente borracho...) y cómo no "Bitter Sweet Symphony", ahí ya el público compartió un orgasmo indecentemente colectivo que fue abruptamente interruptus con su nueva composición. Eso no se hace, Ricky.

Me perdí a los "must" del mes en el N.M.E.: Midnight Juggernauts. Tú a Boston y yo a California.

Para los postres no sé si ya andábamos más entregados a las sutilezas de Baco pero el concierto de Primal Scream no fue el que siempre se espera de ellos. Rutinarios, hastiados de repetir los mismos hits y eludiendo la responsabilidad de defender un último disco bastante aburrido. ¿Ruptura?.

5'00 A.M. A dormir la mona al hotel con Rati.