sábado, 10 de octubre de 2009

Cuarentena

















Jim Jarmusch. "The Limits of Control". 2009


Otra ocasión profundamente reflexiva viene proporcionada por la convalecencia, cuando no tienes otro remedio que quedarte más o menos inmóvil, es entonces que las ideas afloran atando y deshebrando los acontecimientos presentes y pasados, como si el aumento de temperatura permitiera un fluir cerebral más idóneo, quizás excesivo en oxígeno, menos oportuno en los momentos en que debemos claudicar ante la llamada del descanso...
No obstante, no deja de ser paradójico que estas situaciones de debilidad física vengan contrarrestadas con verdaderos instantes de lucidez y clarividencia mental.
Quizás en el delirio, al despojarse de la carne, el alma vuele ligera y las ideas resulten ser de una nitidez High Definiton. Quizás, como la cantinela (una de ellas) que solemos cantar, "debamos ser fuertes y mostrar nuestras debilidades", esa especie de estado catárquico que permita cauterizar la herida ontológica, agrandada por los años...
En las ocasiones en que la nave pierde estabilidad sería tan fácil contentarse con cualquier cosa (la gente lo hace con frecuencia cuando abandona algo) que lo opuesto parece, a todas luces, de una insensatez humillante, aunque, en definitiva, no resulte ser el estilo de una casa construida a golpes de vehemencia y seguridad.
Me gustaría poder equivocarme más a menudo, al menos "poder permitírmelo" pero el peor enemigo del "demonio" es la ausencia de rival. La violencia de la sinceridad.

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