jueves, 22 de septiembre de 2011

Trendy Marx


Konstantín Mélnikov. "История Дома Мельников". 1929

Resulta difícil asumir que las presuntas convicciones políticas no se trasladen al ámbito de la responsabilidad personal. Una evidencia más de la fragilidad del auto-discurso sobredimensionado mediante un vacuo griterío carente, en inconsciencia, de cualquier pretensión trascendental. Como si el compromiso social no comenzara por nosotros mismos. Cuanto más enconados los discursos, cuanta más intransigencia y apología de valores más que denostados (la creatividad e innovación no son variables en alza del contexto filo"político") más constancia queda del inmenso abismo entre práctica real e ínfulas trasnochadas, máxime en el entorno de una penosa izquierda, totalmente deslegitimada, que ha abusado de su condición de avant-garde social hasta perderse en un populismo preocupantemente similar a las tradicionales autocracias, cuando no en una socialdemocracia ahíta de liberalismo apenas camuflado. Hablar de re-evolución implica un compromiso pragmático de los que pocos, y pocas, pueden hacer gala, porque lo "capital" está en nuestras manos y resulta algo más que una frívola actitud de styling.

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