miércoles, 25 de septiembre de 2013

Obscura

La caja del diablo. Comunicación audiovisual. Berlín. 2013

Aprehender determinados momentos que enriquecen cualitativamente la experiencia quotidienne. Recopilarlos, estructurarlos, re-encuadrarlos hasta darles una posibilidad secuencial de verosimilitud. El particular usufructo de haberlos experimentado en la superficie epidérmica, en el interior de los huesos: el fetiche de lo vivido… Desafiando las leyes espacio-temporales en brazos del recuerdo, ese edulcorante que impregna al anhelo de la oportunidad de la repetición. La re-elaboración experimental de la autoría artística, una de las escasas oportunidades de un salto exponencial de la formación estética. El deseo, en manos de la condición creativa, carece de rival posible.

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