domingo, 15 de noviembre de 2009
Eme
Sufjan Stevens. "You are the Blood". 2009
Cuando caiga la noche, recurriendo a los hábitos anestesiantes, simularé estar de su lado, efectuaré el ritual mil veces ensayado de comprender perfectamente aquello que no alcanzo a escuchar, asentiré con la cabeza mientras miro a un bombón por encima de su hombro, argumentaré cualquier excusa para distanciarnos del resto de los mortales, insinuaré que no existe otra opción más que la mía. Mis ojos ofrecerán confianza, afinidad mientras recuerdo las noches de pasión con "aquella otra mujer", reduciré el protocolo a una cuestión de horas hipotecadas, transmitiré la sensación de pertenecer-le, la justa confianza para que desciendan las inexistentes barreras. Ejerceré el baile de cortejo en las horas finales de la madrugada, teniendo a buen seguro su claudicación, absorberé su identidad, dejándola vacía, saciándome del glauco placer de lo intrascendente. Utilizaré todos y cada uno de los hábiles recursos que justo cree haber practicado conmigo. Con los primeros rayos luminosos de la mañana, daré a entender que me ha atrapado entre sus manos, mientras la sangre corre entre mis dedos...
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3 comentarios:
¿Eme? Bueno supongo que hay muchas Emes
..ya sería casualidad, no?
Efectivamente, hay muchas "emes", "eles" y "eses" víctimas/verdugos. En este caso, se trata de "M. El vampiro de Düsseldorf", de Fritz Lang. Existe un simpático guiño al mismo en "Two Days in Paris" de Julie Delpy.
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